Durante
este curso escolar, hemos asistido mensualmente a la Hípica Poni
Club Ciutat de Castelló (http://www.poniclubcastellon.com/ ),
donde nos hemos iniciado en el apasionante mundo de la equitación.
Os invitamos a compartir con nosotros las experiencias que nos han
procurado animales tan nobles y especiales como los caballos.
Adelante!!! Nuestro blog es vuestro.
Estos
somos nosotros. Nos presentaremos, de izquierda a derecha: Laura,
Noelia, Víctor, Andrea, Eric y David. El amigo que está detrás es
Aleix, en otras fotografías lo veréis mejor y podréis conocerlo.
Somos alumnos del IES Bovalar de Castellón. Al inicio de curso,
Andrea Gómez (profesora del aula de Pedagogía Terapéutica) nos
propuso realizar esta actividad. Antes
de seguir contándoos nuestras experiencias, queremos mostrar nuestro
agradecimiento a Nati Adelantado, propietaria de la Hípica, por
habernos facilitado la estancia en sus instalaciones y múltiples
aprendizajes dentro de la pista.
Nuestra implicación y disfrute en las sesiones ha aumentado de manera progresiva. En la primera sesión, todos estábamos muy expectantes. Sólo sabíamos que empezábamos el Taller de Equinoterapia pero muchos de nosotros ni siquiera había tocado nunca un animal tan grande y espectacular como es el caballo. Y esa fue la primera tarea que nos encomendaron.
Entrar en un box, y verte cara a cara con un ejemplar, requiere de
una mano amiga que te guíe. Ahora sabemos que hay que hablarle para
que sepa que estamos ahí y que nuestra intención es acariciarlo.
Sabemos cuál es su tamaño y os garantizamos que son grandes, muy
grandes. Ese primer instante es primordial
en nuestro acercamiento al caballo, puede determinar
nuestra manera de relacionarnos con él y el nivel de afición.
Nosotros lo conseguimos, unos con más respeto que otros pero todos
pudimos tocarlos y sentir su nobleza. A partir de ese momento, empezó
nuestra andadura sin ser todavía conscientes de las experiencias que
nos esperaban.
El centro hípico dispone de múltiples ejemplares. Se eligieron los
más apropiados para nuestras necesidades. Eso, y ver el ambiente
tranquilo que se respira, nos dio pie a pensar que montar sería unir
diversión con aprendizaje. Conocer el entorno y las instalaciones,
también nos procuró más seguridad y tranquilidad. Sin darnos
cuenta, nos íbamos familiarizando con todo lo que nos rodeaba. Sin
darnos cuenta, íbamos ganando confianza en nosotros mismos.
Visita a boxes. |
Visita cuadra ponis. |
Y por fin, llegó el gran momento. Íbamos a montar: nervios,
respeto, ilusión, alegría,...Fueron muchos los sentimientos que se
entremezclaron pero...¡¡¡¡lo conseguimos!!!! ¿A qué hacemos un
buen grupo? Ahora el que se esconde detrás de Éric, es Víctor.
Como veis, todos vamos acompañados por 2 ó 3 monitores, mientras
que la profesora Nati nos indica los ejercicios a realizar. En su
mayoría son ejercicios de equilibrio, respiración y coordinación.
El ambiente de la clase es muy agradable y aprendemos a la vez que
nos divertimos. Os iremos comentando diferentes momentos de las
clases, ¿os apuntáis a seguir nuestras andanzas? ¿Queréis saber
más? Adelante!!!
En esta imagen, estamos haciendo ejercicios de equilibrio. Trabajamos la coordinación. Parece fácil, ¿verdad? Pues requiere un mayor esfuerzo del que parece. Os explicamos, al mover los brazos, perdemos uno de nuestros puntos de apoyo, las manos y debemos estar muy atentos a la postura de nuestro cuerpo, espalda recta y piernas apretadas a la silla, para mantener el equilibrio. Los caballos no ayudan mucho!!! ¿Os atreveríais?
También realizamos los ejercicios siguiendo un recorrido que está determinado por conos. Es un obstáculo más para realizar los ejercicios a lomo del caballo. Mantener el equilibrio mientras el ejemplar va girando constantemente, requiere de una mayor concentración y esfuerzo por nuestra parte. Unas veces lo hemos realizado en la pista cubierta y otras, como podéis ver, en la pista exterior. Que placer sentir que entre el cielo y el suelo solo estamos nosotros con nuestro caballo. No es de extrañar que siempre queramos volver.
Otras veces, vamos con los ojos cerrados para tener mayor conciencia
del equilibrio y depositar nuestra confianza en el caballo. Nos
dejamos llevar por él. Podemos sentir cada paso que da, podemos
sentir como acompañamos con nuestro cuerpo su movimiento. ¿Veis que
sonrisa tiene nuestro compañero David? Sin ver nada y aún así,
sonríe. Sin ver nada, se confía al caballo. Su actitud promete.
También hemos hecho ejercicios de lateralidad cruzada. Consiste en
tocar con la mano derecha, la rodilla izquierda y viceversa. No vale
que el caballo esté parado. Todo se hace en movimiento. Todo lo
hacemos entre los dos: caballo y jinete. El equilibrio sigue siendo
imprescindible para todo. ¿Qué os parece Víctor? Muy bien, ¿no?
A continuación, nuestro compañero Eric os muestra como mantener el equilibrio
utilizando la fuerza de las piernas pero sin olvidar que contamos con
el apoyo de los estribos y las manos. Como veis, la mirada al frente, buscando un punto fijo ayuda mucho
para mantener nuestra postura y la dirección del caballo. Así que
no siempre vamos sentados en la silla. Por cierto, utilizamos sillas
inglesas. Son las que se utilizan para doma y la verdad es que son
realmente cómodas.
Hasta aquí os hemos contado algunos de los ejercicios que realizamos
en la pista. No os podéis imaginar como hemos ido evolucionando.
Nuestra postura en la silla cada día es más firme, nuestra sonrisa,
refleja nuestra mayor seguridad, hemos pasado de la incógnita a la
total implicación, hemos ido mejorando paso a paso, tranco a tranco.
Os seguimos explicando, ¿vale? La clase de equinoterapia no acaba
aquí.
Una vez finalizada la clase, en pista, llega el momento de asear a
los ponis. Siempre empezamos acariciándolos y cepillándolos. Ellos
se están quietos. Les gusta sentirse cuidados y además saben, que
siempre tienen algún premio (un trozo de zanahoria o manzana). Es un
momento que mejora nuestra relación afectiva con ellos y nos permite
comunicarnos con palabras y gestos. Y sino, ¿qué os parecen estas
fotos? Transmiten más que muchas palabras, ¿verdad?
Que relajado está Aleix, ¿verdad? ¿Qué debe sentir para dejarse
caer de esa manera tan relajada sobre el lomo del poni? No os daremos
la respuesta. Es un secreto y cada uno debe descubrir el motivo de
esa unión.
Y Andrea, no os imaginas los ratos que ha pasado con Beduino,
acariciándolo y cepillándolo. Ella ya sabe, igual que el resto del
grupo, que para cepillar hay que seguir la dirección del pelo y que
a duras que sean las púas del cepillo, a ellos no les duele sino
todo lo contrario, les encanta.
La limpieza de los cascos es importante. ¿Qué os parece Josep? Parece que está concentrado en la faena.
Después, tenemos una clase/juego. En ella aprendemos algunas de las
partes de los caballos. Andrea nos indica dónde colocarnos y cuando
nos formula la pregunta: “¿Dónde está...?, Nosotros vamos a
nuestro poni correspondiente y tocamos la parte que nos ha preguntado
nuestra profesora de PT. ¿Sabríais decirnos donde están los
ollares y los corvejones? Son nombres raros, ¿verdad? Pues no hay
nada como hacer las cosas que nos gustan y darnos tiempo para
aprenderlas y recordarlas sesión, tras sesión.
Aquí estamos preparados para iniciar el juego. Mirando la fotografía
siguiente, ¿podríais decirnos qué parte del caballo nos ha
preguntado Andrea?
Sí!!! La pregunta fue: “¿Dónde está la grupa?” Nos veis
señalándola. Nada más gratificante que aprender sin darnos cuenta.
Para agradecerles su colaboración, todas las sesiones traemos
zanahorias y manzanas de casa para dar de comer a los ponis. Esta ha
sido otra experiencia inolvidable. Tienen una dentadura que impone
mucho. No te acabas de creer que al darles un trozo de comida, no
vayan a hacerte daño. Os contaremos el truco. Prestar atención. Hay
que extender la mano completamente, los dedos completamente
estirados, colocar el trozo de comida en la palma y acercarla con
decisión a la boca del poni. El ejemplar hace el resto. Selecciona
la zanahoria sin a penas rozar nuestra mano. Una vez superado el
respeto, el miedo al ver tan gran dentadura, es una sensación muy
agradable darles de comer. Al principio, Andrea nos ayudaba
cogiéndonos de la mano, acercándonos el brazo hacia la boca del
ejemplar pero os podemos garantizar que prácticamente cada miembro
del grupo ya lo ha conseguido por sí mismo. Estamos muy satisfechos
de ello.
Laura le da un trozo de zanahoria a Peter Pan. ¿Alguien más se
atreve?
Al acabar, cada uno de nosotros lleva al poni a su cuadra
correspondiente. Hay que coger el ramal y marcarle el camino
nosotros. No podemos dejar que ellos nos lleven por donde quieran,
con firmeza pero con delicadeza, hay que llevarles por donde nosotros
consideremos. ¿Os animáis a intentarlo? Nosotros esperamos poder
volver el próximo año. Allí estaremos para enseñaros todo lo que
hemos aprendido.
ÉRIC, VÍCTOR, LAURA, NOELIA, ALEIX, DAVID, ANDREA Y JOSEP.
TALLER DE EQUINOTERAPIA.
AULA DE PEDAGOGÍA TERAPÉÚTICA.
IES BOVALAR.